Friday, August 1, 2008

Rush Limbaugh: El demagogo aparatoso



RUSH LIMBAUGH, por veinte años sostuvo un «talk-show radial». Algunos opinantes lo han saludado como «el estadounidense quintaesencial», articulador de la libertad y el rol único de USA de «levantar» tal libertad y un acervo valores para que surja un mayor progreso en la historia del mundo; Rush es «epítome de las aspiraciones del estadounidense como ciudadano y como individuo» (Mary Mayalin). Se le ha llamado Líder de la Oposición / Leader of the Opposition / entendiéndose como oposición su rechazo al liberalismo cultural reinante— al liberalismo político y, por tanto, un vocero del Movimiento Conservador.


Por CARLOS LOPEZ DZUR

ORANGE COUNTY: Si se me preguntara: ¿es Rush Limbaugh un hombre talentoso, ocurrente, creativo, informado e inteligente?, no vacilaría y diría: Lo es. Si la pregunta fuera: ¿es él la antítesis del hombre moderno estadounidense? Diría: Tal vez. ¿Proveyó un sistema de medios comunicadores que rompe modelos tradicionales, creando alternative media, one-man antidote to the Times, CBS, NPR, y otras redes? Sí, señor. ¿Es una celebridad, audaz, rudo e unusual? Ciertamente. ¿Valiente o temerario? Temerario y bárbaro. ¿Guerrero feliz? No. El editor Jay Nordlinger, de la revista National Review, le adjudica a su vida privada ser una persona cálida y generosa, «incredibly warm and generous, as he has demonstrated time and again». Me alegro. No significa que Rush no haya tenido conflictos, creados por su capacidad para ofender y desorientar, lo que supone ya una limitante de generosidad y calidez.

Quien haya sido amigo suyo y cómplice de sus ideologemas tiene todo el derecho a decir, «He is so gifted, and so extraordinary, and so cool». Es tan talentoso que lo necesitamos. Su simpatía nos divierte. Para los conservadores, ha sido el más influyente de ellos en esta generación. Les educó, inspiró y le dio su impacto. Fue exitoso, aunque los enemigos ideológicos trataron de silenciarlo en particular cuando su mensaje — no se lanzó con «optimismo, civilidad y buen humor», porque, por más que se admire a cualquiera, ninguno es perfecto. Y él como el segundo cerebro de Bill Buckley y la incoherencia de Ronald Reagan, dizque que el Gran Comunicador, en un cuerpo bonachón de gordito. Los tres manejaban los mismos espejismos, sus interpretaciones, casi similares, del poder de la libertad y lo que ésta es y, en segundo lugar, el poder del exceptualismo americano American exceptionalism»).

Toda esa calidez con que se recibe al Líder de la Oposición, al portavoz del Conservadorismo, por los Rushbabies and fans, está bien para su tribu; pero no para predicarla como los valores de civilidad estadounidense y quintaesencia de la nación. Bien sabemos que, por más articulado e inteligente que sea él, Rush no es Sócrates. No es precisamente un educador. Es un divo narcisista. Un bufón profesional. Una persona que, con la anuencia del partido político de su preferencia, presta sus habilidades histriónicas, su voz radial, su personalidad, para un programa radial, nacionalmente sindicado, en el que el tema político desde una perspectiva conservadora es la meta.

¿Cómo es un día típico en la radiodifusión que hoy se vende como alternative media? Un 15 de agosto de 2006, durante una transmisión del programa de Rush Limbaugh, se tuvo como invitado al senador republicano de Virginia, George F. Allen, quien competía con su retador senatorial demócrata Jim Webb. También invitado al programa estaba un voluntario de la campaña de Webb, a la sazón S. R. Sidarth.

En esta ocasión, Sidarth, con ascentro indio, fue bombardeado con calificativos como «macaca», «payaso» y cabeza de cagada, o caca. «Uno de los miembros de mi personal es hispano y me informa que la palabra 'macaca' en español significa payaso. Bien, ahora puedo entender por qué alguien se podría ofender en la comunidad inmigrante. ¡Sí!, al llamarse a alguien payaso!» Y eso fue lo que sucedió. Se le dio la bienvenida «a América y al mundo real de Virginia» con la palabra macaca, ignorándose el hecho de que es nacido y criado en Virginia. La tónica de este espíritu quintaesencial del programa fue darle la bienvenida a Norteamérica como si acabara de llegar, como un inmigrante indocumentado y, adicionalmente, para ser más educativo el programa, destacar un rechazo étnico a su presencia.

La hipocresía va más allá. Ante ese hecho The Washington Post el 15 de agosto, corrige algunos datos que el malinformado de Allen y Rush dejaron en las ondas radiales. En varios países de Europa, motejar con la palabra macaca / ca es considerado un insulto racial contra los inmigrantes africanos o de piel oscura. Allen fue criado por una madre, de una antigua colonia francesa (Tunisia), en el Norte de Africa. Supo lo que dijo al utilizar el vocablo macaca. Pero Allen, «iluminado» por la sabiduría de Limbaugh, prefirió su explicación. No lo llamó «mono», sí payaso. Y de hecho, macaca en español tiene muy específicas acepciones. La principal es un tipo de mono.

En este mundillo radial que divierte a los Rushbabies se le dio este mensaje: «Monkey or a fool, and because Spanish is a gendered language, it is the female form. "To Spanish-speaking ears, Allen said: 'Let's give a welcome to joker/monkey-girl, here. Welcome to America and the real world of Virginia».

Tratándose de corregir e iluminar más sobre el asunto, Allen dijo que sólo quiso jugar con las palabras macaca y mohawk, un apodo que se le aplica a Sidarth por su corte de pelo; pero, los ayudantes de la campaña de Allen dijeron que su verdadera intención fue sugerir una construcción combinada de términos, a la postre significando: Cabeza de Caca / shit-head. «According to two Republicans who heard the word used, macaca was a mash-up of Mohawk, referring to Sidarth's distinctive hair, and caca, Spanish slang for excrement, or shit… Said one Republican close to the campaign: In other words, he was a shit-head, an annoyance».

En la década en que nace el talk-show en Nueva York, hay una efervecescencia conservadora. Los cantantes rebeldones del hippismo, su colorido que se vuelve exitoso, como fenómeno cultural de rebelión, por más criticado que es por la hipocresía conservadora, se vuelve su modelo. La envidia hace llevar la imagen desgarbada de Janis Joplin al plano de la discusión política. Todo el mundo quiere ser punk hasta en el plano del estilo. Hacerlo da dinero.

EL NEGOCIO DE SER UN CHARLATAN: Hay algo que parece destino en la vida de Rush. Nació para la radio y las comunicaciones. Y intentado la TV y y el folleto. Hijo de un abogado, no supo contrario a él que es la milicia. No fue a Vietnam. Tiene un abolengo privilegiado en la profesión legal, desde su abuelo: Y abogados han sido su padre y su hermano. Su tío, Stephen N, Limbaugh, Sr. fue nombrado por Ronald Reagan Juez federal en Missouri y su primo, Stephen N. Lambaugh, Jr., también juez federal. Padrinos no le han faltado. Pero Rush, con el seudónimo de Rusty Sharpe, se inició en la radio desde adolescente en 1967 en su pueblo natal de Cape Girardeau, Arkansas, donde su abuelo fue un patriarca. Dice su propia familia que como universitario era un bueno para nada y, a los dos semestres, se rajó.

Si algo bueno tuvo como dote natural, fue su «piquito de oro». De lengua, me como un taco. Y, cuando la hizo en la radio, la hizo en grande. El ingreso de su mucho hablar le ha acumulado una fortuna que, para 2007, ascendía a $33 millones y que se le acredita impulsar la radio FM, las redes de premiere radio, cuando la radio naciona anduvo alicaída por la televisión. Después de una década como disc jockey musical en distintas ciudades y estados, lo sorprenden los '80 en California. En 1984, Limbaugh animó un talk show en KFBK en Sacramento, California, reemplazando a otro bocón de cuidado Morton Downey, Jr.

Para triunfar en el mundo de las opiniones, necesitaron el rechazo y la anulación de la Fairness Doctrine / la Doctrina de Tiempo Igual para debatir — las estaciones radiales proveían tiempo gratis al aire para que se respondiera a cualquier opinión controversial que fuese transmitida —. Pero lat FCC en 1987 decieron que las estaciones podrían en su lugar transmitir un comentario editorial sin tener que presentar los puntos de vistas de la oposición. Daniel Henninger escribió, en un editorial del Wall Street Journal: «Ronald Reagan tore down this wall (Fairness Doctrine) in 1987». Es así que. Rush Limbaugh se convierte en el primer comentador radial que se proclama liberado de lo que llamó la «Alemania Oriental del dominio de la media liberal». No sé si los lectores se dan cuenta exactamente lo significa ésto. la muerte del debate. El nacimiento del soliloquio.

Los republicanos conservadores acusan la existencia de un dominio liberal de los medios masivos de comunicación; pero, en realidad, lo que hubo fue una incompetencia de su parte para ganar, convencer, enfrentar críticamente. Su inhabilidad para competir y pasar su mensaje, sin contracrítica, sin fogueo, les hizo buscar la anulación de la Doctrina de Equidad y formar su propio estilo de censura y control unilateral de la información. Estas son las condiciones en las que se sienten grandes estos atorrantes del disparo por la espalda y el escamoteo crítico y dialógico. Con esta concesiones, con el apoyo del Partido Republicano, Rush crece, apantalla en sus círculos y se convierte en el Líder la Oposición a la Administración de Bill Clinton y una «especie de capitán nacional de precintos» para las victorias congresionales de los republicanos. Tanto que, en 1994, cuando ya se ha mudado al Este, los congresistas novatos inician su dominio lo premian con el título de «honorary member of Congress» en reconocimiento por el apoyo que le dio a sus agendas.

Pero, pese a su éxito en Sacramento, Nueva York y la red que lo sindica, su programa es más espectáculo que seria y profunda conferencia política. El estilo de Limbaugh es, como dijera el periodista Lewis Grossberger, el show de un vaudevillian.

CULPABLE DE DIFERIR: El problema de Rush Limbaugh es que no se sale de su propia cantaleta. Son muy pocas ideas en la cabeza y amplio el espectro de sus acusaciones. Un ejemplo de este estilo bárbaro del Verbal Jud charlatanesco es asumir el non-sequitur de que si hablas un idioma distinto al inglés es un indicio de que eres anti-estadounidense. Y ésto quedó en claro en una invitación a Barack Obama a participar en el programa. Una transcripción de la intervención en el programa muestra el paredón. Obama dice: «Debemos hacer que cada niño aprenda más de un idioma. Usted sabe, es vergonzoso cuando, uh cuando los europeos vienen aquí (los Estados Unidos), todos hablan inglés, ellos hablan francés, ellos hablan alemán. Y nosotros vamos a Europa y todo lo que podemos decir es Merci beaucoup». Antes de ésto, Obama explicó la angustia que le produce a los inmigrantes mexicanos la presión del English Only durante su etapa de aprendizaje como recién llegados. De hecho, el miedo a ser oído y sorprendido hablando en español ha sido razón para avisos de advertencia de posibles despidos en el empleo, o maltrato de maestros a alumnos.

En los EE.UU., en este mismo momento, hay más de 25 millones de estadounidenses que batallan con el aprendizaje del inglés. Son inmigrantes que, aún queriendo aprenderlo, necesitan ayuda. No dominar el inglés, o tener un acento, se convierte en la razón por la que no poseen empleos con buenos salarios. Están inhabilitados para conversar con la mayoría de los estadounideses. «More than two million of these are native-born Americans who have come to rely on the crutch of government multilingualism». Enseñar idiomas adicionales es útil a los negocios internacionales y al mundo diplomático. ¿Por qué ha de verse como indeseable que se le diga a las familias, sea por la misma escuela, o por algún funcionario de gobierno o por quien sea, que las clases de español son esa opción. En el fondo, el nacionalismo xenofóbico que es lo que se esconde con el exceptualismo de los ultraconservadores.

Obama es claro. Dijo a Limbaugh: «I agree that immigrants should learn English. I agree with that». Mas la grabación realizada con su respuesta, tras una presentación de Obama enbPowder Springs, Georgia, fue para destrozarlo. Rush haría su soliloquio de entrampamiento y atacaría a los demócratas de paso. La reacción es ésta: «Ahora, hace sentido que ésto no sólo está relacionado con Obama. Yo pienso que muchos demócratas están avergonzados de su país. Obama claramente lo está. El preferiría competir para presidente de un país de Europa Occidental». Nada de ésto fue lo que Obama dijo. Esto es lo que Rush Limbaugh pone en su boca, como si lo hubiese dicho y lo que Rush especula, sin evidencia alguna. Haber dicho que le incomoda, lo avergüenza y lo cohíbe sutilmente, no poder decir otra cosa que Gracias, en francés, lo ha hecho automáticamente ante sus ojos un antipatriota, un anti-estadounidense. ¿Qué ejemplo mayor de intolerancia y actitud acusatoria? Y éste es el hombre que Mary Mayalin y Jay Nordlinger elevan al rango de «sustentador y épitome» de libertad de expresión, individual y ciudadana.


Obama no ha dicho nada de ésto, pero el entrevistador lo infiere. Es la cantaleta o libreto que sabe de memoria. En tercera persona, dice a la audiencia cómplice y cautiva: «El (Obama) prefiere el socialismo sobre el capitalismo; él prefiere el Mega Gobierno sobre la individualidad y la auto-responsabilidad; él prefiere el secularismo sobre la religión, si hay que decir la verdad. El prefiere el pacifismo y el apaciguamiento sobre una robusta seguridad nacional y militar, y ahora, él prefiere la cultura europea a la nuestra y mejor que urgir a la gente en nuestro país que hable inglés, él urge a los estadounidenses que hablen lenguas extranjeras, lo cual está perfectamente bien, pero puesto en el contexto de sus otros puntos de vista, ésta es sólo una indicación de donde su cabeza está». El dios de la acusación, Mr. Limbaugh, ha hablado a quien llama con ironía: Lord Obama, El Mesías.

El radio-bemba de Rush es, pues, la persona ideal para que alguien le diga como Juan Carlos a Hugo Chávez: ¿Por qué no te callas? Hablar con este tipo de gente es experimentar la provocación, no una mayéutica saludable. Ellos controlan el micrófono y sólo conocen el poder trapalero de la censura y la tergiversación. El show es un circo para cómplices y gente que no interesa aprender nada, pues, su credulidad es proverbial y malintencionada desde su raíz.

En ningún momento, se oye a Obama decir: Que se avergüenza de ser ciudadano de este país; si acaso dijo finamente que «it's embarrassing we can't speak Spanish», cuando tenemos una población inmigrante, numéricamente importante que habla español y que, siendo jornaleros, en desventaja y llegados del Tercer Mundo, se están haciendo bilingües cuando los elitistas nacionales se envanecen de ser monolingües y culturalmente aislacionistas en la era de la Villa Global y la intensa interacción mundial. Si Obama dijera que tenemos «a responsibility to teach our kids Spanish», favor le hace a las familias monolingües que sólo hablan el inglés; pero, él no lo dijo. Sólo exhortó a que quien ya lo habla, conserve su lengua nativa, porque es su derecho y le dijo: «Aprendan inglés».

Una maestra telefonéo al talk-show y propuso una mejor perspectiva. Por supuesto, con su análisis el geniecillo del radio se limpió el trasero, muy a su estilo. La maestra dijo: «El problema no es nuestra inhabilidad para comunicarnos con nuestros vecinos del Sur; es nuestra inhabilidad para arreglar nuestro sistema escolar».

He escuchado a la hermana de Obama. Conversa en español con fluidez. Me hizo sentir orgulloso de ella, de Norteamérica y de mi cultura e idioma nativos. Rush Limbaugh me avergüenza, como estadounidense, porque, por su ignorancia del español, se presta a payasear con el Senador Allen, cuando su intención fue insultar racial y personalmente a otro estadounidense al utilizar las palabras macaca y mohawk, tal vez llamándolo mono estúpido o tal vez, cabeza de caca. Respeto a Obama porque él no hubiera permitido la burla y el insulto para S. R. Sidarth.

La demagogia mayor de Limbaugh es insuflar el ego estadounidense. Agigantar la jactancia para que el imperialismo y la explotación sean, como dos palabras borradas del discurso político cotidiano y el diccionario político internacional. El cree que ess fácil de hacer.sólo diciendo: «We are the solution to the world's problems. We are not the world's problem». Somos la solución; no el problema. Y Obama, como muchos estadounidenses, no piensan así. De hecho, si los EE.UU. ha perdido credibilidad y prestigio internacional, no es culpa de Obama, sino de los que como Limbaugh se niegan a reconocer las responsabilidades que pesan sobre los EE.UU. cuando su conducta internacional es inmoral, intervencionista y unilateral.

Para gente como Limbaugh, ser pacifista en este país es una herejía. La única opción [para el reductor de opciones] es ser guerrerista. El 56% de los electores consultados en las encuestas dice que la Guerra en Iraq es equívoca; pero, él sigue diciendo que Obama es un mal intérprete de lo que la gente quiere. Suena divertido a los oídos el halagüeño mantra: Somos la solución a los problemas del mundo; pero no es cierto. Con más humildad, se podría decir: Somos parte de la solución. Es más honesto. Ya no es demagogia. Como parte del fusilamiento verbal, Limbaugh acusa a Obama de devaluar o menospreciar a «diez millones de trabajadores americanos que tienen fe (religiosos), que son propietarios de armas y que se oponen a la inmigración ilegal». No hay contextos para ésto. Nadie en su sano juicio creerá que Obama y los demócratas se gozan «con el contante declive» de la nación durante la Administración de Bush; pero si los EE.UU. comete excesos lo patriótico es enmendarlos. No sólo Obama lo dice. Lo observa el mundo y se señala con el dedo «our bullying and our imperialism».

Un cierto día, el 26 de april de 2004, Rush Limbaugh bautizó a más de un millón de mujeres estadounidenses, quienes creen que tienen derechos sobre sus cuerpos y que una de sus opciones debe ser el aborto, como feminazis. Atacó en uno de sus programas al National Center for Women and Policing y a la National Organization for Women — que tiene más de 500,000 miembros: [Rush Limbaugh Show, 22 June 2005].. El término fue acuñado por un amigo suyo, el economista Tom Hazlett, de George Mason University, En su lista de enemigos del país, es decir, liberales en general, los conservadores sociales y él tienen a las mujeres que abogan por iniciativas de paga igual, no discriminación por sexo, por leyes contra la hostigación sexual, en pro de libertades reproductivas, promoción de la diversidad y legislación que proteja a las mujeres de la violencia. Con el estereotipo de Femi-Nazi, destila su odio contra el Movimiento Feminista, porque ésto tiene que ser parte de su conservadorismo y su cantaleteo de antiamericanismo. Quiere sentirse más patriota que nadie en la nostalgia de una vieja opresión de la mujer sumisa que idealiza en un libraco de marras, The Way Things Ought to Be, aparecido en 1992.

Este charlatán ruidoso que se pinta tan enternecido ante la muerte de los fetos, en promedio, unos 1.5 millones de abortos anuales, hecho que llama a modern-day holocaust, no es tan sensitivo cuando la tarea es enviar a los jóvenes a la guerra, o la cárcel, o la pena de muerte. Un feto le vale más que un niño, especialmente, si es de una minoría. Mas no se crea que al tratarse de mujeres y protecciones, Rush salta al aire con sutiles pensamientos que le merezcan un respeto general. Sus ocurrencias son machistas, como aquella en que reflexiona sobre una decisión de la Corte Suprema de California en un caso sobre discriminación y que amplía los derechos de los empleados.

«En otras palabras, la discriminación contra el feo ahora terminó en California. Lo he dicho por largo tiempo, por ejemplo. Innegable Verdad de la Vida. No. 24, escrita en 1987: El feminismo fue establecido para permitir que las mujeres feas tengan un acceso más fácil a la escena principal («mainstream of society») de la sociedad. Y aún a este día, la gente pooh-poohed ésto y dice que es insensitivo: "How can you possibly say something like that?" Bien, porque lo siento. Es decir, creo que hay algo de eso. Y ahora, lo sostiene. La Corte Suprema de California dictaminó 4 a 2 que el supervisor puede demandar a la compañía por alegadamente tomar represalias contra ella por sus pobres evaluaciones y requisitos para el empleo porque ella es fea».
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Bibliografía

Mediamatters, en: Ver

«Lord Obama: Ashamed of the US, Thinks Americans are Backwards», en: The Rush Limbaugh Show. Ver

Mediamatters, en: Ver

«Rush Limbaugh», en Wikipedia, ver: Ver

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